La transformación digital en Colombia sigue avanzando a pasos agigantados, y con ella, el sistema financiero incorpora nuevas herramientas para facilitar la interoperabilidad, eficiencia y trazabilidad de las transacciones electrónicas. Una de las innovaciones más relevantes en este ecosistema es el sistema de Llaves Bre-B, impulsado por el Banco de la República y la Banca de las Oportunidades, como parte de la estrategia nacional de inclusión financiera.
Sin embargo, junto con sus beneficios operativos y de usabilidad, las Llaves Bre-B abren nuevas superficies de ataque que tanto los usuarios como las empresas deben comprender y mitigar de manera proactiva.
Bre-B es una iniciativa que permite la interoperabilidad entre diferentes entidades financieras, facilitando transferencias de dinero en tiempo real, sin necesidad de conocer el número de cuenta del destinatario.
El sistema utiliza un concepto de Llave Digital: un identificador único (como el número de cédula, correo electrónico o número celular) que el usuario registra en la entidad financiera de su preferencia. Esta llave se asocia a su producto financiero (cuenta bancaria o depósito electrónico) y se convierte en el dato que otras personas utilizan para enviarle dinero.
El proceso de interoperabilidad está respaldado por la Infraestructura del Sistema de Pagos de Bajo Valor (SPBV) y busca mejorar la inclusión financiera al reducir fricciones en el ecosistema digital.
Según datos de la Banca de las Oportunidades, en 2024 más de 7 millones de usuarios en Colombia ya se encontraban activos en plataformas de interoperabilidad, con un crecimiento mensual del 5–7% en la creación de nuevas Llaves Bre-B. El volumen de operaciones interoperables alcanzó los 40 millones de transacciones mensuales a mediados de 2025, evidenciando una rápida adopción en el país.
Esta aceleración en el uso también ha traído consigo desafíos en materia de seguridad digital, sobre todo en la educación del usuario final y en los controles implementados por las entidades participantes.
Aunque el sistema Bre-B fue diseñado con criterios de eficiencia y facilidad, su uso inadecuado o negligente puede derivar en múltiples vectores de riesgo. Algunos de los principales son:
Las entidades financieras, fintechs y proveedores de servicios de pago también enfrentan riesgos en este nuevo entorno:
Fraudes por errores en validación de titularidad en el proceso de registro o actualización de la Llave.
No compartas tu Llave en canales inseguros, redes sociales o foros públicos. Trátala como dato sensible, ya que está vinculada directamente a tu cuenta de dinero.
No compartas tu Llave en canales inseguros, redes sociales o foros públicos. Trátala como dato sensible, ya que está vinculada directamente a tu cuenta de dinero.
Verifica siempre el dominio y la autenticidad de los mensajes que recibas relacionados con Bre-B. Evita acceder a enlaces recibidos por correo o SMS sin confirmar la fuente.
Activa la verificación en dos pasos (2FA) en tu aplicación financiera. Aunque Bre-B no requiere claves para recibir, proteger el acceso a la app es clave.
Monitorea con regularidad tus movimientos financieros y reporta inmediatamente cualquier transacción no reconocida.
Implementar procesos de verificación biométrica y validación cruzada al momento de registrar o modificar Llaves, para mitigar suplantaciones.
Cifrar los identificadores durante el tránsito y almacenamiento, siguiendo buenas prácticas como TLS 1.3 y encriptación AES-256.
Auditar constantemente las integraciones API con la red Bre-B y establecer controles de tasa (rate limiting), autenticación OAuth2 y validación de integridad.
Aplicar monitoreo continuo con herramientas de detección de anomalías, como SIEMs y plataformas de User Behavior Analytics (UBA), para identificar patrones inusuales en la creación y uso de Llaves.
Capacitar a empleados y usuarios finales sobre buenas prácticas de ciberseguridad y simulaciones regulares de ataques de ingeniería social.
[INFOGRAFÍA: ¿Qué es Bre-B y cómo protegerte al usarlo?]
El sistema de Llaves Bre-B representa un hito para el ecosistema financiero colombiano, permitiendo una interoperabilidad más ágil y eficiente. No obstante, como todo avance digital, implica nuevas amenazas que deben ser gestionadas con responsabilidad técnica y educativa.
La ciberseguridad no es opcional: es un habilitador de confianza para la innovación. Usuarios y entidades tienen el deber de implementar controles robustos, mantenerse actualizados sobre las tácticas de los ciberdelincuentes y adoptar una cultura de protección de datos que respalde esta evolución del sistema financiero nacional.