Para reducir los riesgos que recaen sobre las marcas, las empresas deben realizar monitoreo constante de sus diferentes canales (sitios web, aplicaciones o perfiles en redes sociales) en busca de fuentes de posibles ataques; y una vez detectada alguna anomalía, actuar rápidamente para lograr dar de baja estos sitios, perfiles o aplicaciones. De esta forma, se combate el fraude desde sus inicios y se minimiza su impacto.
El monitoreo de marca permite a las organizaciones realizar estas tareas gracias la red de inteligencia de fraude y la base de datos que utiliza para detectar e incluir en listas negras el fraude relacionado con las marcas.