Este proceso permite a las organizaciones entender los niveles de riesgo e impacto a los que se encuentran enfrentados. A diferencia del análisis de vulnerabilidades, como resultado del Pentest, no solo se identifican las brechas de seguridad que puedan estar presentes en la infraestructura tecnológica sino que se intenta la explotación de las mismas para establecer el impacto que esas falencias puedan causar a la organización.
Permite realizar pruebas que simulan un ambiente real de ataque, buscando comprometer la infraestructura tecnológica que soporta las aplicaciones y la operación del cliente a través de evasión de elementos de seguridad, para lograr enumeración de usuarios, obtención de credenciales de autenticación y accesos no autorizados sobre bases de datos o aplicaciones web, inyección de código, manipulación de parámetros, suplantación de usuarios, entre otros. Todo con el objetivo de obtener información que pueda resultar sensible para la organización y que permita mejorar la postura de seguridad tomando acciones preventivas.