Es de gran importancia identificar las brechas de seguridad y hacer una correcta gestión de las mismas. En un primer momento se deben identificar las falencias y riesgos de seguridad de la infraestructura tecnológica, software implementado, dispositivos de red, aplicaciones web, entre otros, para luego catalogarlos de acuerdo a su nivel de criticidad y realizar su tratamiento de manera priorizada.
El tratamiento puede darse a través de corrección de configuraciones o haciendo uso de parcheo manual para cerrar el ciclo de la vulnerabilidad, pero este es costoso, propenso a errores y a menudo imposible por la carga operativa que esto significa. Una gestión adecuada haciendo uso de parches virtuales ofrece una protección inmediata sobre servidores y aplicaciones, al tiempo que reduce los tiempos de exposición y reduce el riesgo de incumplimiento, permitiendo una gestión de seguridad más eficiente.