El acceso físico a los equipos donde almacenamos nuestra información crítica resulta en muchas ocasiones un punto de vulnerabilidad del que no somos conscientes. Existen múltiples ataques que van dirigidos al eslabón más débil: el factor humano. Usualmente por descuido, falta de conciencia de seguridad, o por exceso de confianza, exponemos nuestros dispositivos al acceso por parte de personas que pueden extraer, eliminar o modificar nuestra información y en algunos casos realizar otras acciones que hacen parte de ataques mas sofisticados.