En 2024, más del 80% de las brechas de seguridad involucraron el uso de credenciales comprometidas, según datos de Verizon DBIR. Esta estadística no es una excepción, sino una tendencia que se ha consolidado en los últimos cinco años. La identidad se ha convertido en el nuevo perímetro, y protegerla —más allá de la superficie tradicional— es ahora una necesidad estratégica para cualquier organización que busque resiliencia digital.