Las organizaciones, sin importar su tamaño, han incorporado en los últimos años una cantidad enorme de tecnologías que ha hecho más complejo el panorama de su infraestructura. Tendencias como la virtualización, la nube, la movilidad o el Internet de las cosas, por mencionar algunas, en tan solo unos años fueron acogidas ampliamente y no solo han traído consigo cambios en la forma en que funcionan las empresas, también suponen nuevos desafíos de seguridad.